"¡Miki!”
Aya Matsuura atravesó corriendo los corredores del estudio persiguiendo a su amiga, quien parecía evitarla. Cada vez que creía que iba a atraparla, Miki desaparecía otra vez. Esta vez, cuando vio la silueta de su amiga al final del corredor, le gritó.
“¡Fujimoto, detente!”
Miki oyó y paró en seco, pero no volteo. Ella evitaba mirarla a los ojos, aun cuándo su amiga estuviese enfrente de ella.
“¿Que es lo que te pasa? ¡Estuve buscándote todo el día!”
Finalmente, Miki miró a su amiga con una sonrisa forzada en los labios, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos .
“No sabia que me buscabas, lo siento. ¿Que quieres?” pregunto Fujimoto con un extraño tono en su voz, pero todavía sonriendo.
"¿Qué quiero? ¡Solo quería verte!” respondió Matsuura, aun jadeante por la corrida. “Nosotras … nosotras no hemos hablado desde que te arrancaste de mi apartamento la otra noche . He estado preocupada”
"No tienes que preocuparte por mí, Aya ¿Ves? Estoy bien”
Fujimoto se sentía realmente, muy incómoda. Recordó la noche cuando encontró a Aya con un hombre en su entrada mientras estaba esperando a que su amiga regresara a casa. Se sintió como una imbecil pensando que era la única en el corazón de su amiga. Luego, Miki corrió tan rápido como podía, tratando de lidiar con sus sentimientos.
“Miki... ¿Hay algo que debería saber?” pregunto Matsuura.
“No” contestó fríamente Fujmoto. “Es solo que he estado ocupada. Eso está todo”
Aya no estaba segura de la respuesta de su amiga, pero sabia que lo peor que podía hacer era obligar a Miki a decirle la verdad. Todo el mundo sabía que Mikita no era una chica que hablara fácilmente sobre si misma.
“Está bien. Entonces... ¿Quieres salir a cenar esta noche? Podemos hablar de los días libres que tendremos la semana entrante y hacer planes”
Miki luchaba consigo. Quería ir, realmente quería estar con Aya, pero no quería lastimarse otra vez. Dentro suyo, suplicaba para que alguien viniese y la salvase.
Y allí estaba ella, como si pudiese oír el llanto de su corazón pidiendo ayuda … su ángel de la guarda.
“¡Aquí estás! ¿En dónde te habías metido? ¡Vamos a llegar tarde!”
"¿Eh?” Miki no estaba muy segura de que le estaba hablando Yossie.
“ El restaurante. Me prometiste mostrarme ese gran restaurante coreano en Ginza” Yoshizawa tomo la mano de Miki y le guiño el ojo. “Vamos, tengo hambre”
“Es cierto. Casi lo olvide. Espera un momento ¿Está bien?” finalmente Fujimoto entendió lo qué Yossi estaba haciendo y se volteo hacia Aya, quien aun esperaba una respuesta “Lo siento Aya. Se lo prometí a Yocchan antes. Podemos hablar mañana si no te importa ¿Te parece?”
“Sí … mañana...” dijo Aya mientras las otras dos chicas la dejaban sola otra vez en el corredor.
Después de algunos segundos, Aya gritó con ferocidad.
“¿Qué diablos le pasa a esa mujer?!”
“¿A quién?” le pregunto alguien detrás de ella.
Continuara...
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